¿Está la Fiesta politizada?

¿Y la sanidad, el cine, las pensiones, el fútbol? Hasta donde yo sé nadie pide el carnet de afiliado al paciente que asoma angustiado por la puerta de urgencias. Ni al que merienda palomitas en el cine. Ni al que cobra su pensión con una mano mientras la da en parte a sus hijos con la otra. Ni al que celebra un gol con el desconocido vecino de tribuna. Porque todo está regulado, todo está politizado. Estaremos de acuerdo en que los tendidos de las ventas recogen a todo el mundo sin importar su tendencia política. 24.000 espectadores no pueden coincidir en su visión sobre la educación pública, por ejemplo. Sin embargo de lo que sí estoy seguro es que si todos los que pasan por taquilla supieran la opinión de “su” partido político sobre la tauromaquia, es posible que el voto cambiara en futuras elecciones. ¿Qué pensará un votante de Podemos cuando sentado en el tendido le retumben los tímpanos sabiendo que el señor Iglesias quiere prohibir la tauromaquia acusándolo de s...