Céntrese Juan José.
Quien más quien menos estos días ha bebido alguna copita de más festejando
la Navidad, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Quizá sean
menos los que habiéndolo hecho han ido a trabajar, la cosa se pondría seria. Y
no hay nadie que salga en los medios de comunicación con una concentración de
alcohol en sangre excesiva para mantener una conversación y ajustarse al
contenido del programa. Miento, hay uno.
Admiro a Juan José, el hombre que ha superado mil y un avatares, y respeto
a Padilla, el torero espectáculo. Pero lo que está mal hay que decirlo. No se
puede salir en antena pasado de copas. Ni siquiera en Navidad. Mejor aguantar a
que termine el programa y luego agarrar la botella y la guitarra y que la
fiesta no pare, pero cuando te oyen en toda España y en varios países
americanos uno debe saber estar y respetar a los contertulios, oyentes e
invitados, a los que no se puede atacar con temas personales sin venir a cuento
y con un tono intimidatorio fruto del cubateo previo. Así no Juan José. Así no.
¿Y dónde estaba el director del programa para impedir que alguien participe
de un programa radiofónico de esa guisa?. Le hubieran hecho un favor si no le
dejan intervenir. Y a nosotros también.
No me pondré trágico y diré que este es un argumento que usarán los
antitaurinos para acusarnos de paletos, o de otra cosa, pero habría que saber
poner freno a actitudes faltas de elegancia y respeto. Actitudes que por cierto
Juan José ha demostrado en multitud de ocasiones.
La metedura de pata siguió el pasado día 26 instalada en el diestro quien
peregrinó a El Rocío y se retrató con unos pantaloncitos nada propios para
visitar un templo.
Quizá yo sea muy purista, o quizás parezca intransigente, pero lo bien
hecho bien parece, y cuando reclamamos a los toreros ser ejemplo de saber
estar, hay que ser coherente, y no creo que salir en antena "así" y con una
falta de decoro en un templo sea el buen camino. Céntrese Juan José.
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