¿Por qué soy de La Fundación Toro de Lidia?
Y otra cosa está igual de clara. Recibimos ataques del
exterior. La tauromaquia necesita defenderse.
Pues bien, esos dos cometidos los cumple la Fundación toro
de lidia. Hasta aquí imagino que todos estamos de acuerdo. Ahora bien, hay dos
actitudes posibles frente a la situación actual de la tauromaquia.
La fácil es quedarse en criticarlo todo, fanfarronear sin proponer soluciones, en buscar defectos,
en echar la culpa a los ganaderos, o a los toreros, o a los empresarios, a los picadores y subalternos, o al
ministro de cultura, o al presidente del gobierno, o al Rey. Toda excusa es
buena para sacudirnos las pelusas y evadir nuestra responsabilidad en el
cuidado de nuestra afición. ¿Por qué no se vuelca el sector en esta tarea? Y yo
qué sé. Tendrán sus razones para mí incomprensibles, pero es algo que escapa de
mi control, y del de la Fundación, me temo.
¿Si pedimos a toda esa gente que
colabore y no lo hace qué hacemos? ¿Seguimos como hasta ahora? ¿Y si colaboran
unos pocos qué hacemos con el resto? ¿Y si los que colaboran lo hacen con poco? ¿Hay plan B? Lo ideal es que colabore todo el mundo, con mucho dinero y mucho esfuerzo, pero
eso ni es real ni es factible. Sólo una utopía. Seamos prácticos y solucionemos
el problema, al menos ayudemos a solucionarlo. ¿No os parece que ya es hora de
dar un paso adelante y actuar?
Dejar esto a su suerte lo avoca a desaparecer. Como todo en
la vida. La inercia se termina.
Todas las comparaciones y símiles son odiosas, y fácilmente
desmontables, pero imaginemos una situación. Perdón de antemano. Un hotel, donde trabajan
profesionales que viven de ello (recepcionistas, camareros, limpiadores, los
dueños), y los huéspedes, repartidos en varias habitaciones. Cada uno con
nuestros gustos y preferencias por los temas que afectan al hotel (menú,
orientación, precio…). Los profesionales están reñidos unos con otros, pero hay huéspedes que no se enteran porque están de paso, mientras otros sí porque
vivimos allí. Ese hotel es “casi nuestro”. ¿En caso de que unos vándalos nos
empiecen a apedrear, yo qué haría mientras los profesionales discuten sobre quién
llama a la policía? ¿Miro, intento mediar, huyo? Señores, yo cojo y llamo a la policía,
y colaboro con ellos en todo lo que me pidan. Aunque el hotel no sea mío. No me
cierro en la habitación esperando a que pase el chaparrón.
La conclusión es que no debemos seguir en la actitud pasiva
de que esto lo tienen que arreglar otros. NO. ESO NO HA FUNCIONADO.
En fin, preguntémonos qué puedo hacer yo por la tauromaquia.
Mi respuesta es ponerme en manos de la Fundación para lo que ellos determinen. Hay que darles un voto de confianza, pero hasta ahora los resultados son EXCELENTES. Hay
que dar un paso adelante y colaborar. Es 1 Euro al mes. 1 EURO. (50 €/año deducibles el 75%).
En fin, no quiero generalizar pues hay profesionales que
colaboran. Y a continuación están sus nombres. https://fundaciontorodelidia.org/apoya-a-la-fundacion/profesionales-benefactores/ a la próxima corrida que vaya me fijaré si aparecen en ese listado.
Claro que hay problemas internos como el monoencaste, afeitado,
derechos de imagen, etc, pero ¿qué podemos hacer para solucionarlos? Como
aficionados, exigir integridad en la fiesta, pero hasta ahí, y yo seré el
primero en hacerlo. Pero para eso no ha nacido la fundación. SI alguien monta
una entidad que pretenda solucionar esos, y otros, problemas internos, que
cuente conmigo.
En fin, a todos nos gustaría que esto fuera distinto, pero
qué podemos hacer para cambiar la actitud ajena? Yo sí puedo colaborar. Esto
también es “mío”.
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