Yo pongo el platillo
Bombo va y bombo viene y con ello empiezan las tertulias,
los debates y polémicas. ¿Qué hace diferente a este sorteo, para que todos
hablen y opinen? ¿Alguien opina de la primitiva?, ¿y del sorteo de Navidad?
La diferencia es que este sorteo está trucado. No entran
todos los números y los premios no sabemos si serán tales o cuales. ¿Y?.
El mundo del toro vive en una lucha constante. Se debate
entre evolucionar o estancarse. Renovarse y modernizarse o reinventarse y
adaptarse. Pide novedades pero las critica por norma.
Por un lado se piden caras nuevas en los carteles y por otro
se airea su vulgaridad cuando no se pringa la cartelería con la gomina
posturera del famoseo artista de portada del Hola.
Señores, las figuras son caras y no necesitan San Isidro
para ganarse el pan. Vienen lo mínimo.
Entonces, ¿qué nos queda una vez que hemos asumido la
realidad? Hagamos algo nuevo con los que están dispuestos a arriesgar. Y
apoyémoslo pasando por taquilla. Dejemos el fanfarroneo fácil del viejo que
espera la muerte echando pan a las palomas. Llenémonos de ilusión y volvamos a
confiar.
El bombo de “mesié” Casas ha generado atención, ha
despertado interés y ha retratado a los que no quieren dar un paso adelante. Ellos
sabrán.
Yo quiero ilusionarme con los valientes. Con los que
confiamos en esto.
Simón ha innovado, ha sacado el bombo a pasear y va
recogiendo nombres y hierros. No seamos los aficionados los que enterremos la
idea antes de ver cómo sale.
El próximo San Isidro se anunciará a bombo y platillo (otra
novedad necesaria del francés). Él ha puesto ya el bombo sobre la mesa y yo, con
mi ilusión pongo el platillo.
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