En Francia manda la afición.

Resulta muy fácil encontrarse con señales del toro bravo en según qué lugares. En el sur de Francia es muy fácil ver muestras públicas de su amor orgulloso por la tauromaquia, desde Bayona a la preciosa Camarga. Mis viajes profesionales resultan salpicados por toques taurinos desde restaurantes de cocina moderna, a estaciones de autobuses o despachos  de profesionales no taurinos. El Sur de Francia sabe a toros.


La Fiesta no se defiende sola. Eso se acabó. Si hay algo que funciona debemos copiarlo. En Francia hay ciertos organismos que me gustaría que existieran en España.

Allí el sector está más concienciado de su fragilidad, deja a un lado sus luchas internas y se centra en la defensa y promoción de la Fiesta. Así nace el Observatorio Nacional de Culturas Taurinas, ONCT, que aglutina asociaciones profesionales, peñas, y a la Unión de ciudades Taurinas de Francia (UVTF). Además, los toros han tenido la suerte de no formar parte del enfrentamiento politizado y estúpido que hay en España, y dentro de la UVTF hay alcaldes de todo pelo, de izquierda a derecha, siendo conscientes de los beneficios que los toros traen a sus localidades.

Algo que echo especialmente en España son las francesas Comisiones taurinas extra-municipales (CTEM), que son asociaciones de peñas que participan directamente en la confección de los carteles, incluso yendo al campo a elegir los toros, haciéndose corresponsables del cuidado de su cultura y alimentando su afición al ver que su voz no se queda en el turno de preguntas de las tertulias invernales. 

En Francia se da la voz al aficionado y así, los escaparates, vallas publicitarias, e incluso empresas lucen los carteles que devolverán la vida a su localidad. Y es que la Fiesta no se queda encerrada en las plazas, sino que hay una completa agenda cultural alrededor del toro mientras dura la feria.

 De esta forma se consigue que cada plaza sea espejo del concepto taurino de cada lugar, haciéndola única, y por lo tanto, especial.

Otro punto interesante es el reglamento taurino, elaborado por la Unión de ciudades taurinas (UVTF). Sí, es posible.

No digo que todo en Francia sea bueno y aquí lo hagamos todo mal, pero si algo funciona aquí al lado, y si lo que queremos es que se nos escuche, exijamos este modelo.

En Francia la afición participa desde la concepción de la feria hasta que echa el cierre, dando a los pueblos y ciudades donde hay festejos un aire torero innegable. Se me hace la boca agua.

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