Vitoria respira esperanza.

Todavía resuena el portazo del ayuntamiento de Vitoria, en los oídos de los confiados taurinos, a la posibilidad de adjudicar en concurso la plaza de toros. Pero más vale tarde que nunca, y parece que andamos buscando un ventanuco por dónde meternos en el coso vitoriano. La noticia de hoy es que Chopera y Bailleres (unidos en BMF) presentan solicitud para arrendar el coso. 

El Iradier Arena no deja de ser un recinto que se puede alquilar para cualquier tipo de acto cultural. 

Así que cansados de sufrir interpretaciones malintencionadas de quienes enarbolan la bandera de la libertad mientras que prohíben, o ponen casi imposible, todo aquello que no cuadre con sus angostos valores sociales, esta vez nos toca interpretar a nosotros la ley. Parece que se abre una esperanza. Pero ojo, no hay plazo máximo de respuesta a la solicitud. Emoción hasta el final. 

Esta fórmula del blanco y en botella, ya funciona en San Sebastián, así que hay esperanza. Bien por los que han encontrado esta rendija en la ventana.

Barcelona nos pilló encerrados en el campo, distraídos y confiados, San Sebastián supuso un seísmo, y ahora Vitoria. Ahora bien, supongamos que el ayuntamiento acepta arrendar la plaza, con la consecuente ulcera gástrica. Es el momento de que el toreo se vuelque. Como aficionado exijo saber qué toreros se apuntan a ir a Vitoria, a qué están dispuestos a renunciar, quién se borra y quién se sale del tiesto. Y por supuesto lo mismo con los ganaderos.

Los aficionados tomaremos nota. Ya está bien de oscurantismo. Es la hora de apostar por la tauromaquia desde dentro, de unir fuerzas, de quitarse caretas. Vitoria no se nos puede ir.