ANOET, ¿mande?

Los empresarios taurinos tienen la virtud de levantar odios y
amores a partes iguales. Por un lado ponen su dinero en pro del espectáculo y
por otro son acusados de, por sus carteles, ir limando poco a poco la afición,
hasta incluso ser acusados de echar la gente de las plazas por sus desafortunadas gestiones. Supongo que no
serán tan malos como algunos piensan, ni tan buenos como ellos dicen.
Buscan su beneficio, que debería ser el nuestro, pero aquí entramos ya en una
espiral de melones a abrir en la que podríamos analizar los carteles,
apoderados, ganaderos, pliegos de condiciones, precios, afición, comodidad de
la plaza y así hasta no llegar a ninguna conclusión.
Volviendo al tema: Asociación Nacional de Organizadores de
Empresarios Taurinos. ¿Y esto para qué sirve? Pensaba que estaban todos regañados entre ellos, hasta que se cumple aquello de
que “nada une más que un enemigo común” y se juntan los continentes para, por ejemplo, frenar al invasor mexicano (que se lo pregunten a Málaga), mientras que son incapaces de reflotar la plaza de Vitoria, por decir una.
Da la casualidad de que el presidente de ANOET es, tradicionalmente, el empresario de Madrid. Don Simón Casas amenaza con ser un
sempiterno yo, mi, me, conmigo. ¿De dónde saca tiempo este hombre?...
Resulta que los empresarios se unen por conveniencia, fruto
de la libre competencia en concurrir a concursos, y no se ponen de acuerdo a la
hora, por ejemplo de financiar la FTL faltando a su compromiso. Supongo que
esta patronal del empresariado taurino debería valer para presionar en la
elaboración de pliegos que faciliten su labor y les permitan optimizar sus
inversiones a base de ofrecer espectáculo atractivos a los paganinis. Sin embargo
estamos acostumbrados a ver pliegos abusivos, no me refiero a razones
políticas, que no dejan tiempo al empresario para recuperar su inversión y por
lo tanto el “pan para hoy” se impone. Al igual que se impone la mentalidad del
feriante que llega, hace caja y si te he visto no me acuerdo.
Señores, cuanto mejor les vaya a los empresarios mejor para
nosotros, ojala Plaza 1 arroje a sus socios unos boyantes emolumentos, será que ha ido bien la taquilla
y será, por tanto, que los carteles han respondido a la expectación. Pero
cuidado, no saqueemos la confianza de quien, sin exponer dinero en inversiones
suculentas, pasa una y otra vez por taquilla. Una y otra vez, una y otra vez, y
otra y otra…
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