Volvió la libertad y con ella la violencia animalista

Ninguno de esa chusma que se dice defensor de la libertad, sin serlo, se manifestó en contra de la decisión de prohibir los toros en Bogotá. 


Por todos nosotros ha sido celebrada la vuelta de los toros a La Santa María, pero a la misma vez que la libertad volvía al pueblo, una voraz horda de totalitarios con los ojos encendidos en odio, babeando rabia, espetando cerrazón y con intenciones de coartar la libertad restaurada, hacían acto de presencia en los alrededores del coso colombiano.

Los accesos fueron cortados ante el temor de que esta gentuza provocara, tal como era su intención, a los 10.000 asistentes a un espectáculo legal, como son los toros. Manda narices que unos pocos, haciendo uso de una violencia desmedida, intenten cambiar los hábitos del personal. Eso es totalitarismo, fascismo y odio. Qué asco y qué pena. A esta gente hay que atarla corta, pretenden cercenar nuestras libertades, no respetan las opiniones diferentes a las suyas, son delincuentes.

Cuando uno va a los toros y se cruza con esta calaña se expone a que le lancen botellas de vidrio, piedras y cualquier objeto contundente con la intención de hacer daño. Y por qué no? Matar, si no fuera delito. A un policía le abrieron la cabeza. Este nivel de violencia hay que cortarlo.

En este artículo sólo me refiero a aquellos violentos que agreden a los asistentes a la corrida, no a aquellos que no les gustan los toros, que conste. A estos nadie les obliga a ir a los toros, ni siquiera a que les guste, esas son posturas respetables, sólo faltaría, pero lo que no tiene nombre es ese intento totalitario de agredir físicamente a quienes quieren ejercer su derecho de ir a los toros. 

Señores, la sociedad avanza hacia las libertades individuales. Esta gentuza va en contra de nuestras libertades y nuestra forma de vida. Ojo con ellos. #stopviolenciaanimalista #reichanimalista

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