Padilla roza la tragedia y triunfa. Otra vez.

No se trata de quitar el derecho a nadie de ejercer su profesión. Ni tan siquiera de negar a nadie sus ilusiones. Su mirada al mañana. De padilla hemos aprendido a levantarnos a pesar de lo que nos venga. A valorar la vida, tan efímera y bella como la propia existencia. A mirar adelante a pesar de todo. A reinventarnos cuando toca. A no rendirnos nunca.

Y bien, una vez hemos visto que hay hombres que están por encima del resto, y que marcan el camino, es hora de recapacitar. El mérito de Padilla es incalculable, su pasión y amor por su profesión es admirable y su tenacidad envidiable. Todos mis respetos al maestro.

Pero lo que tiene Padilla es muy serio. No ver por un ojo es un hándicap que ha sido capaz de vencer en numerosas ocasiones, pero también es cierto que le exponen, por razones obvias, a un mayor número de situaciones comprometidas que al resto de compañeros. Medir las distancias, y por lo tanto los reflejos no son los mismos, y eso delante de un toro puede ser la diferencia entre un pase limpio o una cogida. E incluso sería la diferencia entre una voltereta o una cogida trágica.

Cuando uno tiene la mala suerte de ser prendido, al caer al suelo es normal estar desorientado, pero si además vemos por un ojo, podemos no ver venir el segundo envite, y eso puede ser fatal al impedirnos zafarnos del toro. Tenemos muy reciente todavía una tragedia enorme.

¿Quién le dice al maestro que hasta aquí? Si la misma noche de las cornadas entró en directo en el programa para el que colabora…si es él el que está ilusionado con su reaparición, quizás en Castellón, ¿si el público quiere verle, si triunfa tras cada percance?. Si uno en plenas condiciones se la juega cada tarde, ¿hasta dónde se llega con una merma física como la de Padilla?  

A veces caemos en la banalización de las cogidas ante el ímpetu del torero, e incluso llamamos héroes a seres de carne y hueso, cuando lo que son, son ejemplo para el resto. Ejemplo de actitud y valores. como lo es Padilla.

No seré yo quien cierre puertas a las personas, pero desde este humilde rincón taurino de El Apartado hago un llamamiento a sopesar un nuevo papel, por qué no protagonista, en el mundo del toro. Esta vez rondó la tragedia. Demasiado cerca de nuevo. Gracias a Dios no pasó de ahí.


Con todos mis respetos, maestro.

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